“Y ahora los declaro,
Marido y mujer.
Puede besar a la novia...
Tan, tan, ta, tan, tan, tan, ta tan...”
Cuantas veces no he escuchado esas palabras desde que tengo memoria, ¡ah¡ el matrimonio, ya todo un paradigma en la sociedad moderna. Así es, como me impacta ver como su existencia en mi vida ha cobrado un significado completamente diferente, en fin, ya al rato pasaré a eso.
Empiezo por explicarte que ésta, es sólo una fuente poco objetiva del tema, no porque lo compare como otros lo ven, sino porque para mí tiene varios sentidos, que deseo explicarte y más que nada para entretenerte, espero en verdad no decepcionarte.
Así pues arranco este pedazo de cuestionamiento, con tu casual propuesta que me hiciste el otro, día, “ya sea que me case o tenga hijos, lo que sea que ocurra primero”, sólo me da risa, ese sabor que despierta después de que te llamé dándote la noticia. Sobre todo viniendo de ella, en fin, te digo, ese tipo de cosas son las que me despiertan, como cuando escuchas un buen chiste… tu sabes.
Si fuera honesta, te diría que este tema nunca había tenido peso en mi persona desde el inicio de mi vida, pero como todo, llega una edad en que no puedes dejar de valorar ciertas cosas, para mi el matrimonio ha sido el caso, porque éste va más allá de un valor, de ser un contrato entre dos personas, de una unidad formada por intereses económicos o del amor mismo, de la intimidad. Fríamente algunos lo ven como una manera de protección de la mujer con el hombre, pues como todo buen contrato, te ata a una serie de reglas y acuerdos mutuos donde si estás dispuesto, terminas compartiendo tus bienes y otras cosas más.
Si así es friend, va más allá, inclusive del compromiso que en la actualidad muchos temen, no, eso no es así, va más allá de todo eso. El matrimonio es todo un concepto, fuerte, bien fundamentado, no por eso existe en todas las religiones del mundo, tan universal y ancestral como la memoria humana nos lo permite recordarlo, una costumbre mística que llega cuando una pajera desea unirse para siempre. Más no simplemente eso, porque ya lo sabemos no es nuevo, el matrimonio es la muerte del yo, de pasar de primera persona a primera persona del plural, es un precio que hay que pagar para obtener ciertos beneficios y obligaciones a cambio, pero no quiere decir que es realmente sea en la imaginación de muchos, ni cerca de lo que realmente en experiencia real implica.
Bajo esta piel, esta mente que ahora se abre e intenta quizá torpemente expresar de manera muy general el tema, pues con tan solo 27 años de vejez, sólo es una proyección de lo que la vida ha mostrado para mi… así pues espero… bueno no, en realidad no espero nada, y ahora te explicaré la razón.
Correcto, la razón, como todo, es fundamental para el matrimonio, el porqué de la unión, ya sea, amor, hijos, compromiso, interés o algún otro factor, siempre es el eje del movimiento. Pero como ya te dije, a veces, no llega ni cerca en verdad a lo que este implica.
Así llego a la parte íntima de esta confesión que te hago, el matrimonio para mi en verdad, es un acto de convicción puro en sí mismo. Es toda una disciplina, como aquél que llega y se enrola en el ejército bajo los deseos de gloria teniendo una leve idea pero solo realmente siente el entrenamiento cuando ya está adentro, que restringe, pero a su vez da estabilidad. Como cuando te sometes a otra religión donde realmente con pura decisión y voluntad propia, te sometes a las reglas, creencias y así se vuelve todo un estilo de vida.
Y entiendo que hablo como estilo de vida, algo muy largo y permanente, con lo que duermes, comes, despiertas, respira, tienes sexo, vas al baño, etc., etc. Porque el matrimonio demanda, así como ofrece, y pues ahora como en la naturaleza de la raza humana no todos están dispuestos a pagar ese precio, o bueno, al menos al inicio si pero conforme al tiempo, las cosas muy permanentes nos aburren y terminan por roerse si no se mantienen en buen estado, porque el hombre por ende, es movimiento, bueno al menos así me lo parece.
Continuo, con otra idea, pues no intento decirte que no funcione, porque como todos los clásicos, se ajustan a la época, afortunadamente hay personas que creen en él y duran juntas bajo sus preceptos, otros no, lo prueban y salen huyendo, aborreciéndolo de por vida, y otros simplemente no se meten con él, porque al final ¿para qué ensuciarse de chocolate cuando se puede comer a cachitos?
Si me rio, bueno espero entiendas esa ultima parte, en fin, es claro que no busco generalizar, solo puedo describirte sus colores a según la vista de estos mis ojos castaños, no encuentro palabras, pero yo al ver a las parejas al unirse puedo ver la alegría (en la mayoría de los casos), de su unión, porque el matrimonio es una buena celebración, te digo tan universal y vieja, como el agua salada que hay en el planeta (por decir algo).
En fin esa es la idea general, pero ahora viene la parte chusca, por la cual para mí el matrimonio se torna en algo que realmente… no sé como explicártelo mejor, me da risa solo así de pensarlo, bueno digamos que para éste pecador, en verdad, el matrimonio es… Kafka.
Si puedo escuchar tus risas, pero así es, el matrimonio así desde muy pequeña, era solo algo que sucede cuando creces, pero ahora no sé, levemente ha cobrado un significado o connotación más… surreal. Como cuando la vida llega y se burla en tu cara y lo único que queda es reírte porque no hay más que hacer, vaya, quizá porque ha sido el fin de las personas que decían nunca caer en el. Así cuando te acabas ahogado por tragarte tus propias palabras. Una especie de sarcasmo, un sabor dolceamaro que te hace torcer los labios en una sonrisa.
Sea porque he sido testigo de los diferentes resultados que puede traer el matrimonio, que realmente me ha dado mucho en qué pensar, no mal interpretes, en verdad ese concepto lo respeto mucho, y mi corazón se llena de alegría cada vez que veo a una pareja unirse por el, pero en verdad, para mi es Kafka, porque también no es culpa del concepto, sino de los que se someten a él, este sólo existe con un propósito, es responsabilidad de los que lo eligen atenerse a las consecuencias.
Todo siempre es un costo-beneficio, una equivalencia, que aún puede tener “excepciones” donde aún cuando des todo, puedes no obtener lo mismo a cambio, o cuando no des nada puedes obtener mucho. Pero más allá de eso, no es poner a girar una moneda al aire a ver si te toca sol o águila, sino más bien, entender la plena resolución dentro de cada individuo. El amor ayuda en eso es verdad, pero en otras a veces no es suficiente con el paso de los años.
No sé, no podría decirte que tengo aversión a éste, porque como te digo, su existir en verdad me entretiene, y aunque no de primera experiencia, si puedo decirte que he aprendido de él. Muchas cosas, pero como todo no se sabe bien hasta que se prueba. El matrimonio es un gran reto, para otros una ilusión, una solución o una condena, qué más da, para mi es solo un camino de tantos, pero que con gran admiración y respeto pero a la vez me provoca burla y diversión, es una lección que marca a las personas de por vida.
Así pues complementando tus palabras, si el matrimonio de alguna manera implica crecer, pero no necesariamente por que te cases maduras, no, en los mas mínimo, o porque maduras te cases, no, pera mi no es así. Porque lo he visto, y por eso creo que es un acto de plena convicción, de tal magnitud que debe ser ciega e inquebrantable por ambos lados, lo cual en mi utopía, suena realmente difícil.
No te digo que vaya o no a caer yo algún día, eso se lo dejo al futuro, del cual siempre tengo hambre de comer, sin embargo, creo que como antes, ni lo tomo a pecho pero tampoco lo descarto, sé que si lo llego a tomar será porque cumple sólo y no menos con las condiciones que yo necesito y tengo ya establecidas en mi ser, mente y corazón. Puedo decirte que realmente una cosa muy educativa desde mi infancia, una gran causa de mi decisión de mirarlo con tremendo respeto y a la vez con extrema diversión.
No es trillado lo que te digo, (salvo ciertas partes), más bien, aunque creas que mis palabras portan cierta levedad no es así, son profundas, bajo de ellas portan un gran portento y fundamento. Siento que el mensaje es lo que importa, ahora, ya lo sabes, ahora que he descendido de la nube para tocar momentáneamente la tierra, te muestro el color de este concepto a través de mi ojos, no espero decepcionarte, ni impresionarte, pues solo es una pequeña proyección de la luz de mi alma, luego como la luz de las estrellas irá cambiando seguramente con el tiempo.
Así te concluyo que no hay nada fijo, para el ser humano, según dicen más que la muerte, pero ya ni de ella estoy segura, en otro momento te explicaré el tema. Ahora me despido, me alejo, porque no quiero estar aquí, no quiero saber de realidad, ni un poco, no deseo que mi mente permanezca aquí, necesito llevármela de nuevo, lejos y protegerla, donde esté a salvo de recuerdos, más con estas palabras tan extensas para lo que este espacio permite, espero de alguna manera te satisfaga.
domingo, diciembre 07, 2008
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