
Dicen que Dorian Gray vendió su alma al diablo por una cara bonita.
La vida de le deparó las más exquisitas alegrías y los más terribles sufrimientos...
Pero su fin nunca fue la felicidad, ¿para qué la necesitaba?, siempre buscó el placer.
Hizo de su vida un arte y música de sí mismo. Sin embargo, aún el arte tiene sus monstruos, criaturas detestables.
Desnudo el alma de un artista y su vez lo escondió en su retrato. Eternamente bello, porque el tiempo no hizo efecto en su rostro.
Supo lo que es el placer... quiso amar... más perdió la pasión y olvido el deseo.
El mundo cambió por él... rodeó de curiosas historias su persona y de incertidumbre su mente... curar el alma con los sentidos y los sentidos con el alma.
A Dorian Gray le había envenenado un libro y he de confesar que él me envenenó a mi.
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